Pasan desapercibidos. Casi ni nos damos cuenta. Pero están ahí. A su manera son héroes. Nadie les pondrá una medalla, ni tendrán homenajes. Probablemente, ni se hable de ellos. Al menos aquí, sí escribiremos...

jueves, 23 de febrero de 2012

Renuncias ...


Diez películas, varias de ellas en papel protagonista, y hasta seis apariciones en series de televisión en apenas siete años de carrera, la oferta de un contrato ya millonario en 1963, y el compromiso con un acaudalado hombre de negocios no fueron suficientes para hacerle renunciar.

Tampoco lo fue ser una de las actrices encargadas de presentar y entregar un premio en la gala de los Óscar de 1959, ni actuar junto a Elvis Presley en dos ocasiones, ni interpretar a Santa Clara en el filme “Francisco de Asís”, de Michael Curtiz en 1961. O quizá esto último sí tuvo algo que ver con lo que ocurrió apenas dos años después...

Una mujer, si no en la cima, camino de ella...

Es la historia de Dolores Hart. Si no les suena, es lógico. En 1963 esta prometedora artista dejó Hollywood e ingresó en la Abadía Benedictina de Regina Laudis, donde ahora, con 73 años, es priora.

Habrá quien piense que esta mujer renunció a la fama, al mundo, a su vida, para entregarla a Dios. Yo prefiero expresarlo de otra forma: Dolores no dejó que nada de eso le hiciera renunciar a una vida de amor entregada al Señor. No pudo renunciar a su vocación.

Dolores sale hoy de aquel anonimato escogido libremente en 1963 porque un documental sobre su vida ha sido nominado al Óscar. "Dios es más grande que Elvis" es el nombre. Probablemente no se lleve el premio. Ya les auguro que tampoco será fácil verlo en España. Estas cosas no interesan. A las renuncias, me refiero.

Vivimos en una sociedad de derechos y exigencias, no de renuncias y esfuerzo. Vivimos unos tiempos de tomar y arrebatar, no de ofrecer y regalar. Vivimos el mundo del partir, no del compartir.

Por eso es importante hoy destacar la heroicidad de personas como Dolores Hart que saben ver todo aquello a lo que no pueden renunciar y responden “sí” a su vocación. Por eso es importante también destacar la heroicidad de la directora y los productores del documental, porque su inversión no se basa en criterios económicos, sino en la necesidad de contar una historia que vale la pena. Y por eso es importante destacar la heroicidad —aunque sea anónima— de unos cineastas que han votado y seleccionado este film, tan poco al uso, para los Óscar.

Dolores no dejó Hollywood porque le fuera mal o no adorase aquella vida. Simplemente encontró una opción mejor. Como muchos otros y otras. Su historia merecía contarse, ¿no creen?

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