Pasan desapercibidos. Casi ni nos damos cuenta. Pero están ahí. A su manera son héroes. Nadie les pondrá una medalla, ni tendrán homenajes. Probablemente, ni se hable de ellos. Al menos aquí, sí escribiremos...

jueves, 12 de abril de 2012

De conversos, persecuciones y milagros


Y es que hoy no quiero señalarles uno, sino muchos héroes anónimos. Demasiadas veces podemos caer en el desánimo al contemplar cómo nuestra sociedad sucumbe a múltiples tentaciones. Ya que estamos en Pascua de Resurrección, déjenme intentar sembrar un poco de optimismo. En realidad, a veces que nos falta mucho de esto a  los cristianos: estoy convencido que entre nuestros grandes pecados figura la falta de esperanza.

Por eso, aunque sea con brevedad, quiero proponerles algunas historias conmovedoras, cautivadoras y esperanzadoras.

Por ejemplo, leo en ACI-Prensa (http://www.aciprensa.com/noticia.php?n=36651) una noticia realmente interesante: la nostalgia de Dios se apodera de columnistas —no públicamente católicos— en los medios de comunicación peruanos durante la Semana Santa. Ya es difícil para muchas personas “públicas” dejarse etiquetar por sus creencias religiosas, para que de repente escriban cosas como las que se transcriben en el citado artículo. No se lo pierdan, porque se parecen a la caída del caballo de Pablo camino de Damasco. Tengan una muestra: “... prefiero equivocarme escribiéndole a quien no le importo que equivocarme no escribiéndole a alguien a quien sí. Y ya que nos hemos tardado tanto en fumar la pipa de la paz, hagamos que valga la pena y cantémonos todos los salmos de una vez (...). Señor ten piedad de tu hijo que es miope, asmático, neurótico, hipotiroideo. Señor, no soy digno de que entres en mi casa pero siempre podemos sentarnos a conversar en un café".

Segunda historia. Esperanzadora es la actitud valiente de personas y grupos que ante los ataques que está recibiendo el Obispo de Alcalá, Mons. Juan Antonio Reig Pla por criticar conductas pecaminosas y contrarias a todo lo que ha venido diciendo la Iglesia desde sus inicios. El respeto al pecador no implica el aplauso de su pecado. Valiente Mons. Reig Pla al expresar en público lo que viene diciendo desde que le conozco. Y valientes plataformas como Hazte Oir (http://www.hazteoir.org/firma/45199-mons-reig-pla-si-me-representa) que han decidido plantar cara y defender no ya sólo la libertad de expresión o pensamiento, sino la de defender los valores cristianos en medio de un mundo que ha decidido que todo el mundo puede tener voz, menos Dios.

Y en tercer lugar, déjenme hablarles de la fe y el amor de una madre que, tras un parto complicado, fue a visitar a su hija muerta en el depósito y la encontró viva y llorando doce horas después. La madre no duda en calificar el hecho de milagroso (http://www.aciprensa.com/noticia.php?n=36642), mientras las autoridades hablan de errores médicos. En cualquier caso, ha sucedido en estas fechas. Yo no me atrevería a afirmar nada, pero tampoco a negarlo. En todo caso, la niña habría sido enterrada viva de no haber sido porque el amor de su madre llegó más allá de su “muerte”. Heroica la madre, y la niña por resistir 12 horas en un cajón helado... ¡Y grande, muy grande nuestro Señor!

¡Feliz Pascua! El Señor no sólo resucitó! ¡Sigue haciéndolo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario