Pasan desapercibidos. Casi ni nos damos cuenta. Pero están ahí. A su manera son héroes. Nadie les pondrá una medalla, ni tendrán homenajes. Probablemente, ni se hable de ellos. Al menos aquí, sí escribiremos...

jueves, 26 de enero de 2012

Sacerdote y "padre"


El sacerdote italiano Maurizio de Sanctis, párroco en la iglesia de  Santa Rosa de la ciudad de Livorno (Italia), salvó a un bebé de ser abortado y lo "adoptó" ofreciéndole ayuda económica a los padres.

No es un caso único. Cerca de nosotros, en la Casa Cuna Santa Isabel, religiosas y voluntarios apoyan a las futuras madres con dificultades durante el proceso de gestación y los primeros meses de vida del niño. A veces, incluso, hasta los dos años ó más.

En Belén, en el Orfanato de las Hijas de la Caridad, las monjas acuden rápidamente cuando conocen del nacimiento “secreto” de un niño musulmán. Secreto, porque las madres podrían hasta perder la vida en estos casos. Por eso, las religiosas tienen que salir a toda prisa a cualquier hora del día para rescatar a los pequeños, en muchos casos, de los contenedores de basura. Las sonrisas y el cariño con que esos niños te reciben te llenan el alma. La misma que sus historias desgarran. Sé lo que digo. todavía se humedecen mis ojos.

jueves, 19 de enero de 2012

Anoten dos citas


El cardenal John P. Foley lo decía con otras palabras, pero creo ser fiel a su idea si la resumo de la siguiente forma: no se trata de estar, sino de llenar; no somos los cristianos los que debemos hacernos presentes, sino el mensaje de Cristo a través nuestro.

El cardenal Foley se refería a los medios de comunicación, aunque creo que la idea es aplicable a la completa totalidad de nuestras vidas.

La cuestión es que hoy quiero señalarles a dos “héroes” de los que van por este mundo de los medios llenando de contenidos y de mensaje. Dos eventos, dos citas, para las que espero tomen buena nota, porque valen la pena. Vayan haciendo hueco en sus agendas.

jueves, 12 de enero de 2012

Héroes y bienaventurados (y8)


“Bienaventurados los que padecen persecución 
por causa de la justicia, 
porque de ellos es el reino de los cielos”

Y aquí sólo puedo pensar en los mártires que han sido, que son y que serán masacrados con la vana intención de matar a Dios, asesinando a las personas en las que habita. Que nadie se engañe. La víctima final a la que persiguen es a Dios mismo. Y el método es el asesinato del cuerpo (martirio) o del alma (negación de Dios para salvar la vida).

Por eso, bienaventurado y héroe el que no reniega de Dios. Nunca. Jamás. Bajo ninguna circunstancia. Bienaventurado, porque Él no renegará de aquél cuando llegue el momento. El más importante.

Bienaventurado y héroe el que abraza su cruz, porque es amigo del Señor. Bienaventurado no sólo el que no la rehuye, sino especialmente el que la agradece. No por masoquismo, sino por amor. No porque no tenga otra opción, sino porque teniéndola, escoge la fidelidad.

jueves, 5 de enero de 2012

Héroes y bienaventurados (7)


“Bienaventurados los que trabajan por la paz 
porque ellos serán llamados hijos de Dios”

La paz no se conquista, se ofrece. No se toma, se da, se construye. Es complicado, porque la paz no sólo es un fin, sino el medio para alcanzar ese fin. No cabe trabajar por la paz con la violencia. ¿O si?

¿Acaso puede alcanzarse la paz sin enfrentarse a la violencia, al pecado? ¿Acaso puede existir paz sin oponerse a la injusticia? ¿Acaso la paz puede servir de excusa para el inmovilismo?

Bienaventurados los que aman a toda persona y luchan contra su pecado, porque entendieron que todos somos hijos de Dios. Bienaventurados los que no confunden paz con silencio, ni lucha con violencia, porque la guerra y la paz interior son indisolubles.

Bienaventurado el que escoge la paz con Dios, el que no huye de la batalla interior contra el mal, el que contribuye a la paz entre los hombres, el que trabaja para que todos y cada uno alcancen la paz con Dios.