Pasan desapercibidos. Casi ni nos damos cuenta. Pero están ahí. A su manera son héroes. Nadie les pondrá una medalla, ni tendrán homenajes. Probablemente, ni se hable de ellos. Al menos aquí, sí escribiremos...

jueves, 27 de octubre de 2011

Algo más que fidelidad


Apenas puede sostenerse en pie. Las distancias que antaño recorría en cinco ahora le duran veinte eternos minutos. Se ha caído más de una vez, aunque lo oculta para no preocupar a los que la quieren. Y pese a todo ello, cuando llegan estas fechas, siempre saca fuerzas de donde ya no parecen haber para cumplir fielmente con algo más que una tradición. Incluso bajo la lluvia.

Hace semanas que ya encargó lo arreglos. En plástico. Es más barato y duran más. Y una semana antes, para evitar aglomeraciones, se dirige a los cementerios. Más de uno, sí. La mitad de su vida la pasó en un pueblo y allí están enterrados una parte de su familia. La otra, en el cementerio de la capital.

Como si de una peregrinación se tratara, visita una a una las tumbas. Les pasa un paño húmedo, cambia los arreglos florales y reza un Padre nuestro y un Ave María. Año tras año. Incluso a veces hasta habla con ellos mientras acaricia las lápidas con el trapo o desliza sus dedos sobre las fotografías.

jueves, 20 de octubre de 2011

Nadar contracorriente


No es fácil. Al menos, hacerlo siempre. Todos en algún momento hemos realizado algún acto heroico, de rebeldía, contrario al sentido común y a las reglas que imperan en nuestro entorno. Y lo hemos hecho por amor, porque en nuestra conciencia sabíamos que no hacerlo sería injusto, que sería una traición a Cristo y a nosotros mismos, que era, simplemente, lo que tocaba.

Lo cierto es que hacerlo de vez en cuando es posible, pero ser fiel y estar dispuesto a nadar contracorriente a lo largo de toda una vida —o la mayor parte de ella, porque siempre habrá momentos en los que, cansados, nos dejemos llevar— es muy complicado y roza lo imposible... Diría que sin la ayuda del Espíritu no puede hacerse.

Son estos nadadores personas que no se mueven en los parámetros del éxito mundano del poder y la gloria. Son artífices que prestan su servicio sin poner condiciones de ningún tipo y, muchas veces, sin gratificación por parte de otros. ¡Parece mentira lo que cuesta dar las gracias cuando es atención gratuita lo que recibimos, y lo muy dados que somos a ese agradecimiento cuando el servicio es remunerado! Es ilógico, pero es así en un gran número de casos.

jueves, 13 de octubre de 2011

Desde el ghetto


Militares egipcios atacaron el pasado 10 de octubre con armas de fuego a unos 10.000 coptos que pacíficamente protestaban por el ataque a una de sus iglesias que perpetraron extremistas musulmanes.

Según algunos testigos, la manifestación fue atacada en al menos dos ocasiones durante su recorrido por las calles de El Cairo. Las mismas fuentes señalan que los militares actuaron azuzados por extremistas islámicos que no toleran la presencia cristiana en el país, de mayoría musulmana, aunque no siempre fue así.

De hecho, Egipto, fue uno de los primeros lugares en recibir el mensaje del Evangelio, y donde floreció una amplia comunidad cristiana que, tras la llegada del Islam bastantes siglos después, fue reduciéndose drásticamente hasta la actualidad.

No es fácil vivir en un auténtico “ghetto”, vigilado por policías que, en teoría, te protegen de las incursiones de fanáticos islamistas que desean tu muerte. Es duro, pero es real. He estado allí...

jueves, 6 de octubre de 2011

Cuestión de fe


Hoy es imposible esquivar el tema. Hoy aparcaremos el anonimato, porque creo que se lo merece...

Recuerdo tres contemporáneos a los que nunca conocí en persona y sólo a través de sus obras, cuya muerte me ha hecho llorar y sentir un vacío como el que debe sentir un huérfano a edad temprana. Probablemente no son los únicos, pero ahora no recuerdo a otros — Juan Pablo II o la Madre Teresa juegan en otra liga — en esta categoría.

El primero de ellos fue Herbert von Karajan. Director de orquesta. Perfeccionista. Innovador. En la década de los 70 cambió las reglas en la grabación de la música clásica. Construyó una orquesta a medida, un auditorio a propósito y comenzó a grabar en digital cuando nadie sabía todavía eso cómo se iba a comercializar en el futuro. Hay un antes y un después en el mundo de la interpretación y grabación musical del repertorio de los clásicos. En 1989 nos dejó, posiblemente, para ir a montar una orquesta en el Cielo para que el Aleluya de Haendel o el Requiem de Mozart suenen con toda la gloria debida frente al Único merecedor de toda gloria.