Pasan desapercibidos. Casi ni nos damos cuenta. Pero están ahí. A su manera son héroes. Nadie les pondrá una medalla, ni tendrán homenajes. Probablemente, ni se hable de ellos. Al menos aquí, sí escribiremos...

jueves, 18 de agosto de 2011

Peregrinos


Piensen en ello. Recorrer medio mundo —o el mundo entero— para dormir en colchonetas sobre el suelo, soportar un sol abrasador y un calor asfixiante, y los empujones e insultos de un grupo de personas —ni un minuto más para estos energúmenos— que odian todo lo que ellos son y representan. Hay que tener madera de héroe. Los peregrinos de la JMJ la tienen.

Este mundo necesita de héroes. Yo diría que bastantes y con bastante prisa. Necesita optimismo, sonrisas, alegría, ganas de vivir, esperanza. Este mundo necesita la presencia de Dios visible, tocable, palpable. Este mundo necesita de peregrinos, como los de la JMJ, en Madrid; como los misioneros en cualquier lugar de este planeta; como los sacerdotes en las más perdidas aldeas del interior; como las buenas personas en su entorno.

Y cuando digo que este mundo necesita, digo todos y cada uno de nosotros. Los que estamos, y los que no. Los que somos, y los que no. Los que quieren, y los que no.

Necesitamos de peregrinos. Personas en movimiento, en camino constante hacia una meta. Personas sin apego a las cosas, que apenas llevan consigo lo justo para el presente, porque del futuro Dios se encarga. Necesitamos de peregrinos en el mundo, y de ese espíritu en nuestras vidas.

Necesitamos contagiarnos de esa fuerza para vencer la pereza y la comodidad de nuestras vidas. Necesitamos recordar y ser conscientes de nuestra eternidad, de nuestra vida en tránsito hacia Dios Padre, destino de nuestro peregrinar. Necesitamos colocar y colocarnos cada cosa y a cada uno en su lugar auténtico.

Porque sólo cuando existe la certeza de Dios en nuestro futuro surge el optimismo, la sonrisa, la alegría y la esperanza. ¿Qué puedo temer?

Porque sólo cuando existe el total abandono en las manos del Padre se puede ser presencia viva de Dios mismo entre los hombres, herramienta en sus manos, instrumento de su Paz.

Los peregrinos de la JMJ son muestra ejemplo de todo esto. Ellos nos recuerdan el verdadero sentido de la vida y la forma de encararla, de vivirla. Por eso tienen madera de héroes.

Porque el héroe no lo es sólo por realizar hazañas, sino también por ser ejemplo, por mostrar caminos...

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