Pasan desapercibidos. Casi ni nos damos cuenta. Pero están ahí. A su manera son héroes. Nadie les pondrá una medalla, ni tendrán homenajes. Probablemente, ni se hable de ellos. Al menos aquí, sí escribiremos...

jueves, 12 de mayo de 2011

Nunca es suficiente


Se levanta con cuidado con el primer zumbido del despertador. A hurtadillas. En silencio. Casi como un ladrón.

Con la luz apagada, se dirige al baño. Después se viste, se prepara el desayuno (o ni siquiera eso, depende de la hora). Coge las llaves, se pone el abrigo y salta al crudo invierno (o al tórrido verano, es sólo cuestión de tiempo).

Dicen que hasta las seis de la mañana no ponen las calles ni las aceras. Él sabe que no es verdad. O ella. Este caso no es cuestión de sexos.

Es un horario duro. Un turno inhumano. Cuando su familia todavía duerme, él o ella ya están despiertos y trabajando. Cuando ellos todavía están despiertos, él o ella ya duermen.

Sabe que se está perdiendo los mejores años de sus hijos. Sabe que deja a su pareja todo el peso y la responsabilidad. Pero es lo que hay. Y con los tiempos que corren, aún hay que dar gracias por tener este trabajo. En realidad, cualquier trabajo...

Duele dejar la casa en plena noche. Duele no tener más que unos breves momentos al día para hablar, reír y jugar con ellos. Duele tener que decir adiós sólo con una mirada, desde la puerta, como quien espía los sueños ajenos.

No era ésta la vida que imaginaron. Ni la que planearon. Tuvieron que aceptarla. Harían cualquier cosa por su familia. No por obligación, sino por amor.

A veces cuesta. En ocasiones uno se levanta más cansado, ha dormido peor o estaba en el mejor de los sueños cuando sonó el despertador. En esos momentos es difícil recordarlo. Es difícil vencer la tentación. Es difícil decirse a sí mismo que todo es por ellos, que por ellos, todo nunca es suficiente.

Pero otros días, todo parece más fácil. Quizá fue un breve gesto el día anterior. o una sonrisa. O un beso. O un abrazo. Esos días, aunque el frío le corte la cara, sale a la calle con una sonrisa: la de comprender plenamente la razón de trabajar...

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