jueves, 28 de junio de 2012
Los accidentes ocurren ...
Llegan las actividades de verano, especialmente los campamentos, y con ellos un montón de chavales al aire libre. Es un análisis frío, pero una simple estadística: pese a la preparación —mayor que en mi época— y la dedicación de educadores y monitores, los accidentes ocurren. Y algunas veces —pocas, la verdad— con trágicas consecuencias.
Es lo que le ha pasado esta semana a un joven de 11 años durante una marcha por el campo con un grupo de otros 60 niños de un pequeño pueblo del centro de Italia. Pese a disponer de agua, el pequeño comenzó a encontrarse mal. Fue evacuado en helicóptero a un hospital cercano a Florencia, pero allí ya no pudieron hacer nada por salvarle: cuando llegó ya estaba muerto.
Habrá quien vea negligencia, o como mínimo temeridad. No digo que no puedan existir responsabilidades y que éstas no deben depurarse para corregir posibles futuros errores. Desgraciadamente, a Francisco Lori, como se llamaba el muchacho, ningún proceso judicial o investigación podrá devolverle la vida. Ni tampoco les devolverá el desgarro en el alma a sus monitores y compañeros de acampada.
Pero las palabras de su padre son harina de otro costal. Es camionero y, cuando sucedió la tragedia, se encontraba trabajando a cientos de kilómetros del lugar de la tragedia. La familia se había mudado a Paperino —el pueblo del que procedían los chavales— hace una año, y el niño había comenzado a ir a la iglesia hacía unos meses, animado por sus padres, para que hiciera nuevos amigos.
"Le enviamos con la esperanza de que hiciera nuevos amigos, aunque el prefería quedarse en casa jugando con el ordenador. Ahora, los nuevos amigos los hará en el cielo", dijo el padre de Franco.
Tenerlo así de claro no quita el dolor, pero es una puerta abierta a la esperanza, a la vida...
Ante una situación así un puede tomar muchos caminos: culpar a todos, al mundo, a Dios, a la suerte, a si mismo. Uno puede hundirse en la miseria del dolor para no volver a levantarse jamás. O puede mirar más allá, aún con lágrimas en los ojos y el corazón desgarrado. Más allá.
Hay que tener mucha fe y esperanza, mucho valor, un corazón muy fuerte, para hacerlo. Ser un héroe, al fin y al cabo.
jueves, 21 de junio de 2012
Verano, tiempo de oportunidades
Llega el verano. Los días son más largos y parece que el tiempo se estira un poco. Descanso y aficiones —también obligaciones— tienen cabida en nuestra agenda. Es como si, a lo largo de todos estos meses, hubiéramos ido dejando lo mejor para este momento. Y, ciertamente, algunas personas así lo hacen...
Es el caso, por ejemplo, de un montón de educadores y monitores que partirán al encuentro de Dios en la naturaleza con un montón de chavales a su cargo. Sólo en la Diócesis de Valencia el movimiento diocesano Juniors movilizará en estas actividades a unos 10.000 jóvenes.
Incluso dentro de esa misma asociación los hay que llevan las cosas un paso más allá, un poco más lejos... Es la historia de un pequeño grupo de formadores del movimiento que —lo vienen haciendo desde hace unos años— viajarán a Togo para preparar a jóvenes de aquella diócesis en temas de pastoral de infancia y juventud.
jueves, 14 de junio de 2012
Donar sangre
El pasado domingo, al terminar el rezo del Ángelus, desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico, Benedicto XVI tuvo unas palabras de reconocimiento para los donantes de sangre.
Decía el Papa, textualmente que quería "recordar que el jueves próximo, 14 de junio, se celebra la Jornada Mundial del Donante de Sangre, promovida por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Expreso mi vivo aprecio a cuantos practican esta forma de solidaridad, indispensable para la vida de tantos enfermos".
Pues bien. Precisamente hoy es 14 de junio y coincide con el régimen normal —semanalmente, todos los jueves— de actualización de este blog dedicado a resaltar y reconocer las pequeñas —y a veces, grandes— heroicidades que nos rodean y que son tímidas concreciones de la esperanza que alienta nuestras vidas.
Así pues, hoy, los héroes anónimos, los homenajeados, son esos donantes que ofrecen su sangre sin ni siquiera conocer a los destinatarios de su generosidad y altruismo, que salvan vidas y mejoran la salud del prójimo. Y ese prójimo, un día, podemos ser cualquiera de nosotros. O un familiar. O un amigo.
Hay donantes puntuales ante una situación concreta y cercana de necesidad. Y también los hay que realizan esta práctica varias veces al año sin responder a una llamada concreta. Deberíamos ser conscientes de que donar sangre periódicamente, previene la escasez en hospitales y clínicas, posibilita intervenciones y tratamientos, es eficaz, asequible y seguro... Es un poco como la caridad, que es más efectiva cuando es constante y no sólo en casos de catástrofe o necesidad.
De alguna manera —y salvando las muchas distancias— donar sangre nos acerca al sacrificio de Cristo en la Última Cena.
Así que... ¿por qué no se lo plantea?
jueves, 7 de junio de 2012
Virginidad
Les voy a hablar de una persona conocida. Probablemente triunfe en los cercanos Juegos Olímpicos y entonces, aunque ahora a algunos no les suene el nombre, oirán hablar de ella. Y confieso que me alegraré de su victoria si se produce, pese a no ser española...
Se llama Lolo Jones y, físicamente, es una belleza y una gran atleta. Pero a sus 30 años todavía no cumplidos, Lolo guarda algo aún más valioso y bello en su interior: “mantenerme virgen hasta que me case es un regalo que quiero entregar a mi marido en la noche de bodas. Hay muchos hombres que me han tentado, que me han dicho que si tengo sexo correré más rápido. ¡Pero no estoy tan desesperada por un oro como para hacerlo!".
Así de claro. Lolo Jones, una de las favoritas a hacerse con una medalla en Londres en la modalidad de 100 metros vallas, campeona del mundo en pista cubierta en Valencia 2008 y Doha 2010, y que falló en su asalto a los Juegos en Pekín debido a un inoportuno tropezón, es virgen y lo confiesa abiertamente...
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