Pasan desapercibidos. Casi ni nos damos cuenta. Pero están ahí. A su manera son héroes. Nadie les pondrá una medalla, ni tendrán homenajes. Probablemente, ni se hable de ellos. Al menos aquí, sí escribiremos...

jueves, 10 de noviembre de 2011

Once, entre siete mil


Vengo a hablarles de once de entre los aproximadamente siete mil “héroes anónimos” que en la diócesis de Valencia (España) se confirman anualmente.

Lo cierto es que siete mil es una cifra importante hasta que la comparamos con el número anual de bautizos (más de 25.500) y de primeras comuniones (apenas 18.500). Quizá por eso, entre otras cosas, su heroicidad destaca. Incluso se agranda.

Y es que en el mundo actual estar dos años dedicando un par de horas semanales a prepararte para el sacramento de la Confirmación tiene mérito. Y con 16 años, más. Y si encima esas reuniones son los viernes por la noche —como la de los once de los que hablaba al principio— ni les cuento.

Es cierto que dos horas semanales entre las 168 con que cuenta una semana no es mucho. Pero es muchísimo más de lo que otras personas dedican a Dios, incluso contando la Eucaristía del domingo.
¿Qué quieren que les diga? Entre todos hemos rebajado el sacramento de la Confirmación a un mero trámite que, en ocasiones, ni tiene lugar. Simplemente no se considera necesario. No se le ve utilidad, salvo cuando vas a casarte. Entonces, en muchas parroquias, con un par de tardes basta para prepararse. O directamente, se soslaya el tema...

Es por esto que no es de extrañar que los confirmados sean poco más de la tercera parte de los bautizados. Cada vez estoy más convencido: no le damos a los sacramentos la importancia que tienen. Nos acercamos hacia ellos, muchas veces, como si fueran irrelevantes, como si fuese una cosa más. Olvidamos que son momentos de gracia, momentos en los que Dios actúa en nosotros de forma segura. Garantizado, vamos. La gracia y la intervención de Dios, digo. Lo único que nosotros tenemos que hacer es no estorbarle.

En ese contexto, que once chavales de mi parroquia quieran ser confirmados en la fe de la Iglesia el próximo sábado es motivo de alegría y de quitarse el sombrero. Y no son los únicos. A lo largo del año serán siete mil en esta diócesis con casi tres millones de habitantes.

De 6.989 no puedo decirles los nombres. Son héroes anónimos. De estos once sí puedo. Anoten sus nombres (Gabriela, Marta, Inma, Estefanía, Katerine, Carlos, Mariela, Caterine Estefanía, Cati, Alejandro y Lydia), porque Dios ya ha tomado buena nota, y recen por ellos. Por todos ellos...

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